El presidente de EE.UU. criticó a la Organización Mundial de la Salud
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que estudia congelar los fondos que su Gobierno aporta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en plena pandemia del COVID-19.
El presidente anunció que iba a congelar de una forma muy “poderosa” esos fondos, pero preguntado por si es el momento más oportuno para hacerlo en plena pandemia del COVID-19, se rectificó y dijo que solo lo estaba estudiando. Trump acusó a la OMS de ser una organización “sesgada” en favor de China, de haberse “equivocado” al no alertar antes del coronavirus y le reprochó que criticase algunas de las medidas que su Gobierno adoptó al inicio de la pandemia, como la prohibición de viajes.
“La OMS se equivocó, no avisó a tiempo, podrían haber avisado meses antes, lo habrían sabido, deberían haberlo sabido, probablemente lo sabían”, dijo el presidente durante su rueda de prensa diaria sobre el coronavirus. “Cuando se equivocan en cada decisión, no es algo bueno”, añadió. Trump recordó que Estados Unidos es el principal donante de la OMS y que financia “la mayor parte” de la organización.
En su tuit, Trump preguntó por qué la OMS había dado “una recomendación tan defectuosa”, aparentemente refiriéndose al consejo del organismo de la ONU de no restringir los viajes internacionales para detener el virus reportado por primera vez en China en diciembre. “Afortunadamente rechacé sus consejos de mantener nuestras fronteras abiertas a China desde el principio”, escribió Trump, refiriéndose a su decisión de prohibir los viajes hacia y desde el país asiático. China enfrenta críticas en Washington, particularmente de los republicanos en el gobierno, por la forma en que manejó la pandemia, y Trump ha expresado dudas sobre la precisión de las estadísticas chinas para casos y muertes.
Sin embargo, el propio Trump ha sido ampliamente criticado por minimizar la gravedad del nuevo coronavirus, que inicialmente comparó con una gripe común y dijo que estaba bajo control en Estados Unidos, antes de aceptar más tarde que era una emergencia nacional.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió el miércoles al presidente estadounidense, Donald Trump, que “no politice el virus”, en alusión a las críticas del mandatario sobre la relación entre la organización y el gobierno chino.
También pidió a Washington y Pekín a “unir fuerzas para combatir a este peligroso enemigo”, en alusión a la pandemia del COVID-19. “No deberíamos perder tiempo echando la culpa a otros”, aseveró Tedros en rueda de prensa telemática en Ginebra. “Es como jugar con fuego”, aseguró.
Desde que llegó a la Casa Blanca hace más de tres años, a Trump no le ha temblado la mano para cortar la financiación y retirarse de organismos pertenecientes a Naciones Unidas como la Unesco o el Consejo de Derechos Humanos.
La pandemia del coronavirus ya dejó más muertos en la ciudad de Nueva York que los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, según informaron hoy las autoridades sanitarias Estados Unidos es el epicentro global de la Covid-19, que ya causó un total de 12.021 muertes en el país, según datos de la universidad norteamericana Johns Hopkins. Pese a la expansión acelerada de la enfermedad y a que la Casa Blanca dijo que espera por lo menos 100.000 muertos en el país por el brote, Trump rechazó declarar una cuarentena nacional y delegó esa decisión en los gobernadores de cada estado, lo que le ha valido numerosas críticas.
Ayer Trump sumó una nueva controversia al cesar al inspector general interino del Departamento de Defensa, Glenn Fine, el hombre que estaba liderando el Comité de Respuesta ante la Pandemia, encargado de supervisar la distribución del plan de estímulo de 2 billones de dólares, según la agencia de noticias Europa Press.
Fine se encontraba al frente del comité desde finales de marzo, cuando los miembros de una comisión federal independiente lo eligieron para encabezar el grupo.
Pese a sus declaraciones y decisiones, la gestión de Trump de la pandemia sigue sumando apoyo popular, según las últimas encuestas, lo que refuerza su posición crítica de algunos gobernadores, especialmente el de Nueva York, que enfrenta el principal brote del país.
Sin embargo, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, aclaró que la situación puede ser aún peor en realidad. Explicó que tanto el número de enfermos como el de fallecidos seguramente son mayores a los difundidos porque muchos neoyorquinos no pudieron hacerse la prueba de la Covid-19 o fallecieron en sus casas antes de ser hospitalizados. “Detrás de todos estos números hay un individuo, una familia, una madre, un padre, un hermano, una hermana. Mucho dolor otra vez hoy”, lamentó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en su conferencia de prensa diaria.
Nueva York detectó al primer infectado por coronavirus a finales de febrero y, desde entonces, el avance desenfrenado de la enfermedad hizo que más de un cuarto de las muertes del país se concentraran en la ciudad, paralizada por una cuarentena total desde el 22 de marzo.
Todos los indicadores apuntan a que el epicentro estadounidense podría trasladarse en los próximos días o semanas al estado de Florida, con la ciudad de Miami a la cabeza. Según el reporte oficial, el estado sureño ya tiene más de 14.500 casos confirmados, 238 muertes y 1.777 hospitalizaciones. El gobernador, Ron DeSantis, impuso una orden de confinamiento obligatorio en toda Florida, aunque se permite salir a la calle a comprar y trabajar en los negocios considerados como esenciales, pasear a la mascota o hacer deporte.