B.Y.F.E., que al momento de los hechos era menor de edad, fue sentenciado a 15 años de prisión de cumplimiento efectivo. El sujeto había afrontado el juicio en 2017 en el que, junto a su padre, fue declarado autor penalmente responsable de la muerte de dos hombres a los que atacaron a balazos. Su pena, que estaba pendiente de ser fijada por un juez de menores, finalmente se confirmó en la jornada de ayer, martes 1 de junio.
El hecho ocurrió en Concepción el 31 de diciembre de 2012. B.Y.F.E. y su padre, Francisco Benítez, asesinaron a disparos de escopeta a Leonardo Gabriel Urquiza (25) y Daniel González (23), y dejaron gravemente herido a Alejandro Porra. La balacera tuvo lugar frente a la casa de los imputados en el barrio San Martín, donde se había producido una discusión que derivó en el brutal ataque con armas de fuego. El caso fue investigado por el Ministerio Público Fiscal bajo el viejo sistema. El padre, un mecánico de la zona, y su hijo adolescente fueron imputados por Doble homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con el delito de amenazas agravadas por el empleo de arma de fuego. Durante el debate oral realizado en octubre de 2017, el fiscal Ramon Enrique Rojas logró acreditar que ambos fueron los autores de los disparos que terminaron con la vida de dos personas. El hombre mayor fue condenado en ese momento a 30 años de prisión por el doble homicidio. Su hijo también fue declarado autor penalmente responsable pero como al momento del hecho tenía 16 años, la fijación de la pena quedó en manos del juez de menores, a través de un juicio de cesura que, en virtud de los cambios que se produjeron en el sistema procesal de la provincia, se pospuso hasta ayer, martes 2 de junio, en el que fue sentenciado a 15 años de cárcel.

El incidente

Según pudo reconstruir el Ministerio Fiscal, el día domingo 30 de diciembre de 2012, alrededor de las 22.00 horas, B.Y.F.E., un hermano suyo y su padre, Francisco Benítez, se encontraban en la vereda de su domicilio cuando pasó por el frente del mismo un joven identificado como Jorge Luis Porra, quien iba de acompañante en una motocicleta conducida por otro sujeto, circunstancia en la que se produjo un intercambio de insultos entre estos últimos con los dos hermanos entre quienes había una vieja enemistad. Ante esta situación, el padre subió a su automóvil con sus hijos y comenzaron a perseguir a los otros dos que se dirigieron hasta el domicilio de la familia Porra. Una vez allí, salió de la vivienda la madre de Jorge que inició una discusión con Francisco Benítez. El hombre amenazó de muerte a los jóvenes y regresó a su casa.

Doble crimen

Horas más tarde, en la madrugada del 31 de diciembre, Alejandro Porra, hermano mayor de Jorge Luis, fue hasta la casa de los Benítez para increparlos por lo sucedido. Se asomó a la reja y al grito de “salgan y den la cara”, reclamó la presencia de los integrantes de la familia. Por detrás llegaron Urquiza y González que intentaron calmar los ánimos del mayor de los Porra. En ese momento, salió el padre de los Benítez portando una carabina calibre 22 con la que amenazó al grupo de jóvenes que corrieron hasta las motocicletas. Luego, Benítez comenzó a efectuar disparos mientras las víctimas corrían en diferentes direcciones. Al ataque se sumó B.Y.F.E. que salió de su vivienda con otra arma de fuego. Alejandro Porra fue alcanzado por un disparo, pero logró huir y resguardarse, Leonardo Urquiza recibió un disparo en el tórax, herida que le provocaría la muerte minutos más tarde, mientras que Cristian González recibió un tiro en la cabeza, cayendo desplomado en la calle. Toda la secuencia fue observada por un grupo de vecinos que estaba en la calle que vieron como B.Y.F.E. se acercó hasta el cuerpo de González al que continúo golpeando en el piso mientras sostenía el arma. Luego ese grupo de vecinos fue amenazado por el adolescente de 16 años que les dijo que se retiraran del lugar y que no cuenten nada.
Benítez en el juicio había dicho que Porra y las víctimas fatales habían intentado ingresar a su casa para atacar a su familia, razón por la cual en su defensa inició los disparos. Sin embargo, esa coartada quedó descartada ya que la fiscalía consiguió comprobar que en ningún momento las víctimas ingresaron a la vivienda de Benítez, que ni Porra ni los fallecidos portaban armas y que las víctimas recibieron los disparos de espaldas mientras intentaban huir del lugar. Benítez padre cumple su condena en la cárcel desde 2017, mientras que su hijo fue trasladado al penal donde deberá purgar la suya.